jueves, 21 de abril de 2016

Oporto


Deberíamos creer menos en las expectativas y fijarnos mas en la PERSPECTIVA. En vez de juzgar, deberíamos CONOCER, DESCUBRIR, RE-DESCUBRIR... VIAJAR!!!!


Este viaje lo iba a hacer sola... No sería la primera vez... Pero a veces aparecen esas personitas llamadas "amigas" que se te pegan como chicle, que te acompañan, que prefieren ir por otra calle diferente a la que tu quieres ir jajaja, que animan, que te escuchan, que te hacen reír y  hacen que ese viaje sea totalmente diferente y se convierta en un viaje único.







No llevábamos plano ni plan, creo que esta ciudad es para ir descubriendola, para caminarla, perderse y reencontrarse. Las palabras se quedarían cortas al describirla, las imágenes hablan por si solas.

Improvisar un viaje cinco días antes, significa hacer todo corriendo y no tener casi organización... ¿Y sabéis que? Que muchas veces es como mejor sale. Esta vez el avión le dejamos a un lado y cogimos el coche, Oporto está a unas cinco horas de Madrid, un lugar que recomiendo mucho para pasar un fin de semana, para despejarse, sentirse en otro lugar muy diferente, dónde la simpatía de su gente te hace sentirte a gusto desde el primer minuto.

Podemos optar por el camino rápido por peaje o... Creo que no sabría decir por donde volvimos, porque nos perdimos (esas anécdotas que nos dan los viajes) pero fue el camino mas largo... y el mas bonito.







Llegamos al atardecer, dejamos las cosas en el hostal y nos dirigimos hacia el puente de Luis I, bajando por un laberinto de calles. Cruzamos el puente y caminamos por la orilla del rio mientras anochecía, cenamos unas franceshinas, que es un sandwich de jamón, carne, pollo, con otra capa de queso fundido, un huevo frito y bañado en una salsa picante... Recomendado jajaja
Seguimos paseando por las calles de Oporto hasta llegar al hostal.

Puente Luis I



Al día siguiente comenzamos por el mercado do Bolhao, cruzamos las vías del tranvía, pasamos por la avenida dos Aliados, la estación de tren de Sao Bento, hasta llegar a la Iglesia y Torre dos Clérigos, desde arriba hay buenas vistas de la ciudad.

Mercado Do Bolhao

Estación de Sao Bento
Iglesia Dos Clérigos

Torre Dos Clérigos

Después caminas un poco hacia la izquierda y se encuentra la librería Lello, escenario de la biblioteca que sale en Harry Potter (Rua das Carmelitas, 144). Visitamos también la Sé Do Porto, la torre medieval y seguimos callejeando.





Librería Lello

Llegó la hora de comer y fuimos bajando hacía el río, perdiéndonos por las calles nos encontramos con un lugar pequeño pero acogedor y familiar, de dos plantas, donde la especialidad era el Bacalao. Bueno y económico, llamado "Barrete Encarnado" ( https://www.facebook.com/barrete.encarnado ) en Rua da Bainharia 4, Porto, Portugal



Pasamos el resto de la tarde paseando de nuevo por el río, probando el vino de las bodegas y escuchando Fado, montando en Ravelos, las barcas que se usaban antes para transportar los barriles de vino, por el río Duero. Visitamos también el estadio de fútbol del Oporto, estadio Do Dragao.






















 


 Al dia siguiente desayunamos los famosos pastelitos de Belem y volvimos a las bodegas, hicimos las ultimas compras, nos despedimos de la comida portuguesa y antes de tomar el camino de vuelta a casa, hicimos una parada en Foz, en el faro de Felgueiras y la praia Do Carneiro.



























Espero volver algún dia, porque es de esos lugares que te hacen desconectar, al menos por dos días... Agradecimientos también a mi compañera de viaje y amiga Isa, que le organicé los días libres para que pudiera venirse al decirme que tenia envidia porque ella quería verla jajaja

Los viajes improvisados a veces son de los mejores.


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