viernes, 10 de abril de 2015

Sobre esos viajes a nuestro interior...

Respira… Levantate… Camina…

Esa voz interior que te habla. 
Siempre nos tuvimos a nosotros mismos.
Hay viajes que no son decisión nuestra experimentar, hay viajes que de repente suceden, a veces son divertidos, misteriosos, otras veces duelen, son viajes a nuestro interior, una ruta marcada de sentimiento en sentimiento.

Yo esto no lo elegí, este tren no le elegí… O tal vez si, tal vez tuve la opción de subirme al tren o de quedarme a esperar en la estación, pero si, decidi subirme con todas las consecuencias, llevo 8 meses en el…

Hay trenes de los que quisieras saltar en marcha, sobre todo cuando atraviesas El Dolor, pero entonces decides seguir en el, porque va hacia algún lado desconocido… Y piensas “Tal vez después de atravesar El Dolor El Miedo podemos llegar a La Alegría”

Si saltas estando en marcha, sabes que la caída te matara… Sólo queda esperar que se detenga en alguna otra estación y ahí solo nos queda volver a elegir, si seguir subidos en el o bajarnos; o que llegue a La Felicidad.

Cada viaje es algo único, porque siempre hay algo especial que los diferencia, las puestas de sol son diferentes en cada lugar… Pero hay una muy especial, dónde aquel viaje de 7 horas hacia el sur de Italia hicieron de este trayecto algo físico llevándome hasta ese lugar, La Aceptación.

Reggio Di Calabria…









Cada viaje te marca de alguna forma, porque cada lugar o cada momento te hace descubrirte. Y si… Descubrí algo. Decidí subirme a ese tren, aun sabiendo que debería atravesar El Miedo El Dolor La tristeza… Pero también atravesaba La Valentia  La Esperanza El Coraje La ilusión…

No, creo que no lo elegí… pero sigo en el…